Vida en América
Migración a ultramar. Destinos y adaptación de los boaleses.
En lo referente al sexo el 85% eran varones. No obstante el análisis de los expedientes de embarque nos permite constatar que si bien hasta 1895 el número de mujeres es muy reducido, a partir de esa fecha sube considerablemente, suponiendo en el periodo 1895-1906 el 25% del total.
Esto hace suponer que el porcentaje de mujeres se iría incrementando con el discurrir de los años, aunque ante la ausencia de documentación no se puede precisar que cifras podrían haber alcanzado.
Sobre los destinos, los datos conocidos nos permiten señalar que un 72% escogieron la isla de Cuba, siendo de largo el primer país receptor, a continuación se situaría Argentina con un 24%. El escaso 4 % restante se repartió por otros lugares del continente como Méjico, Santo Domingo o Brasil. Sin embargo asistimos a disparidades entre los hombres y las mujeres a la hora de decidir el país al que se trasladaban. Los primeros preferían la isla caribeña, mientras que las segundas optaban mayoritariamente por Argentina.
Los expedientes de embarque revelan que en este último caso los porcentajes de hombres y mujeres llegaban casi a igualarse. Este hecho es explicado en función de la existencia en Argentina de una mayor demanda de empleadas domesticas, que era mucho menor en Cuba, al mantenerse todavía unos residuos de población esclava o descendientes de la misma que se encargaban de esas funciones.
En general se partía muy joven. Los datos estadísticos nos dicen que el 54% de los emigrantes abandonaba el concejo entre los 11 y los 15 años. De nuevo nos encontramos diferencias entre lo sexos, ya que si bien en el caso de los hombres el porcentaje para esa franja de edad ronda el 70%, en el de las mujeres se sitúa en torno al 25%. Para estas últimas era habitual partir a una edad más avanzada, situándose en el 66% las mujeres que pasaban de los 16 años en el momento de emprender el viaje.
Una vez en América los emigrantes del concejo, eran en muchos casos empleados por familiares o conocidos. La comunidad boalesa se caracterizó por dedicarse mayoritariamente al comercio y la hostelería, aunque también abarcaron sectores como la industria o la agricultura.